Redes Sociales

siguenos en Google+ siguenos en TwitterSígueme en LikedinSígueme en Pinterestsígueme en Bloggersígueme en Blogger sígueme por Correo sígueme en Slidesharesígueme en Vimeosígueme en Yahoo! sígueme en StumbleUponsígueme en Livejournal!sígueme en Skyrock!siguenos en facebooksígueme en PicasaCanal de youtube

 
 

jueves, 17 de mayo de 2018

Historia de la cebada

Fue el más antiguo de los cereales que el hombre cultivó. La cebada es originaria de Asia. Se cultivó en la China 2.8000 A de C y se utilizaba como alimento de hombres y bestias. Con iguales fines se cultivó en Egipto. Su gran adaptabilidad a diferentes terrenos ha permitido su entendimiento a regiones como las del Circulo Astral, algunas partes tropicales como la India, altas montañas de Etiopia y Oasis del Sahara, el bajo Delta del Nilo y suelos australianos de gran alcalinidad. En lugares como Palestina Siria, Valle del Éufrates, Iran y Este de Afganistán, se encontraron formas de cebada que fueron usadas por antiquísimos pobladores antes de que se conocieran las variedades cultivadas. Excavaciones realizadas en cercanías del Lago Moréis – conocido así en la antigüedad y localizado al suroeste de lo que hoy es El Cairo, dan a conocer almacenamientos de cebada de por lo menos 5.000 a 10.000 años. La cebada es utilizada actualmente en países desarrollados en 75 a 80 por ciento para alimentación animal y entre un 20 y 25 por ciento para la elaboración de malta, de alto consumo en la fabricación de cerveza. A Colombia se trajo hacia el año 1.530, pero su desarrollo se vio limitado porque se utilizó en principio para alimentación de vacunos. Por entonces, el hato nacional era muy pequeño y se contaba con buenos pastos naturales. En estos mismos terrenos se intentó cultivar la cebada. El 85% de la producción nacional es utilizada por la industria cervecera y maltera, el 10% por parte de los molinos de perlados y harinas para consumo humano y animal y un 5% se vende a los agricultores como semilla. Su importancia comienza a sentirse, entonces, a razón del desarrollo de la industria maltera. En las últimas cinco décadas el cultivo de cebada presentó un desarrollo acelerado, hasta llegar en 1.975 a cubrir una superficie de 75.600 hectáreas que produjeron 122 mil toneladas de cereal, cantidad que sirvió para abastecer el consumo nacional hasta un 80%.
Desde entonces la producción se ha estabilizado entre 35.000 y 40.000 hectáreas, con producción promedio de 2 toneladas por hectárea y una producción que oscila entre 65 mil y 70 mil toneladas. Las necesidades restantes se compensan con importaciones. La tarea de investigación y transferencia de tecnología desarrollada por Fenalce, ha permitido un incremento notable en productividad y se prevé que hacia el año 2.000 se pueda superar las 3 toneladas, al tiempo que se busca aumentar el área para alcanzar el autoabastecimiento. La Cebada ha sido tradicionalmente sembrada en los departamentos de Cundinamarca, Boyacá y Nariño en regiones con temperaturas que oscilan entre 11 y 18 grados centígrados y entre 2.200 y 2.800 m.s.n.m. ORIGEN Su cultivo se conoce desde tiempos remotos y se supone que procede de dos centros de origen situados en el Sudeste de Asia y África septentrional. Se cree que fue una de las primeras plantas domesticadas al comienzo de la agricultura. En excavaciones arqueológicas realizadas en el valle del Nilo se descubrieron restos de cebada, en torno a los 15.000 años de antigüedad, además los descubrimientos también indican el uso muy temprano del grano de cebada molido. CONDICIONES DEL CULTIVO Clima Las exigencias en cuanto al clima son muy pocas, por lo que su cultivo se encuentra muy extendido, aunque crece mejor en los climas frescos y moderadamente secos. La cebada requiere menos unidades de calor para alcanzar la madurez fisiológica, por ello alcanza altas latitudes y altitudes. En Europa llega a los 70º de latitud Norte, no sobrepasando en Rusia los 66º, y en América los 64º. En cuanto a la altitud, alcanza desde los 1.800 m. en Suiza a 3.000 m. en Perú, ya que es entre los cereales, el que se adapta mejor a las latitudes más elevadas (teniendo la precaución de tomar las variedades precoces). Temperatura. Para germinar necesita una temperatura mínima de 6ºC. Florece a los 16ºC y madura a los 20ºC. Tolera muy bien las bajas temperaturas, ya que puede llegar a soportar hasta -10ºC. En climas donde las heladas invernales son muy fuertes, se recomienda sembrar variedades de primavera, pues éstas comienzan a desarrollarse cuando ya han pasado los fríos más intensos. Suelo. La cebada prefiere tierras fértiles, pero puede tener buenas producciones en suelos poco profundos y pedregosos, con tal de que no falte el agua al comienzo de su desarrollo. No le van bien los terrenos demasiado arcillosos y tolera bien el exceso de salinidad en el suelo. Los terrenos compactos no le van bien, pues se dificulta la germinación y las primeras etapas del crecimiento de la planta. Los suelos arcillosos, húmedos y encharcadizos, son desfavorables para la cebada, aunque en ellos se pueden obtener altos rendimientos si se realiza un buen laboreo y se conserva la humedad del suelo. Los suelos con excesivo nitrógeno inducen el encamado e incrementan el porcentaje de nitrógeno en el grano hasta niveles inapropiados, cuando se destina a la fabricación de malta para cerveza. En cuanto al calcio, la cebada es muy tolerante, vegetando bien incluso en suelos muy calizos, por lo que muchas veces a este tipo de suelos es corriente llamarlos “cebaderos”, si bien tiene un amplio margen en cuanto a tolerancia de diferentes valores de pH. A las cebadas cerveceras les van bien las tierras francas, que no sean pobres en materia orgánica, pero que su contenido en potasa y cal sea elevado. La cebada es el cereal de mayor tolerancia a la salinidad, estimándose que puede soportar niveles de hasta 8 mmhos/cm, en el extracto de saturación del suelo, sin que sea afectado el rendimiento. Semillas. La semilla de cebada es parte de un fruto denominado cariópside (Figura 15), en el cual las paredes del ovario (pericarpio) y la cubierta seminal (testa), están estrechamente unidas, siendo inseparables; el fruto, por lo tanto, es de carácter indehiscente. USOS La cebada, monocotiledónea anual perteneciente a la familia de las poáceas (gramíneas), está representada por dos importantes especies cultivadas: Hordeum distichon L., que se emplea para la obtención de cerveza, y Hordeum hexastichon L., que se utiliza básicamente como forraje para la alimentación animal; ambas especies pueden agruparse bajo el nombre único de Hordeum vulgare L. ssp. vulgare. Hace más de 6,000 años en las mágenes de los rios Tigris y Eufrates, los sumerios elaboraban y consumían Cerveza. La historia dice que los babilonios heredaron de los sumerios el arte del cultivo de la tierra y la elaboración de la Cerveza. Uno de los decretos más conocidos de la época, emitido por el Rey Hammurabi, dispuso normas sobre la fabricación de esta bebida, en las cuales se incluían el precio del producto, la concentración adecuada y se establecían sanciones aplicables a quienes la adulteraran. La elaboración tenía carácter religioso y era realizada por sacerdotisas. Según una tabla asiria fechada 2.000 años A.C., la cerveza formaba parte de las provisiones del Arca de Noé, y Cristobal Colón al llegar a las Islas del caribe descubre que los indios americanos tomaban una bebida fermentanda hecha con maíz. Los griegos identificaron la Cerveza con los egipcios, ya que la palabra "zythum" usada por éstos, significaba vino de cebada. Un siglo antes de Jesucristo, Diodor Sículo escribe "Se hace en Egipto, con cebada una bebida llamada zythum y que por lo agradable de su color y su gusto cede muy poco al vino". En sus comienzos, los egipcios obtenían la Cerveza fermentando el trigo, pero más tarde éste fue sustituido por otros cereales más idóneos, especialmente la cebada. La bebida se mezclaba con frutos, preferiblemente dátiles, se endulzaba con miel y se perfumaba con canela. Los fabricantes egipcios de Cerveza eran exceptuados de prestar el servicio militar y tanto los soldados como las autoridades, recibían Cerveza como parte de su paga. También existen pruebas de que los chinos producían una clase de Cerveza llamada "Kiu" hace más de 4,000 años, la cual se fabricaba a base de cebada, trigo, espelta, mijo y arroz. Cerveza alemana La tradición cervecera de Alemania es muy antigua, y según consta en una enciclopedía germana de 1645, la bebida típica de las tribus de ese país era el "Mer", tradicional brebaje fermentado, néctar divino. Antes de conocer el lúpulo, los europeos del norte utilizaban hierbas aromáticas y plantas silvestres, logrando una Cerveza más ligera, de poca duración y no apta para el transporte. En el siglo XII el rey Juan Primus, conocido como Gambrinus, combate el hambre en sus dominios a través del cultivo de la cebada, con lo que impulsó la fabricación de la Cerveza. En la Edad Medía, las tierras alemanas poseían cerca de 500 claustros en los cuales se elaboraba y comercializaba Cerveza, ya que al estar prohibido el vino en la cuaresma, bebían Cerveza. Esto no era privilegio exclusivo de los monjes, puesto que las monjas de los Prados de Santa Clara, recibieron de parte de los duques de Baviera, el derecho de elaborar su propia Cerveza. Alemania ha influido mucho en las características de la Cerveza moderna, al punto de que hoy en día cuenta con una "Ley de Pureza", promulgada por el duque bávaro Guillermo IV en 1516. Esta norma obliga a producir la bebida con cebada malteada, levadura, lúpulo y agua. Composición del grano de cebada por 100 g de sustancia Proteínas 10 Materia grasa 1.8 Hidratos de carbono 66.5 Celulosa 5.2 Materias minerales 2.6 Agua 14 PAJA. Composición de la paja por 100 g de sustancia Proteínas 1.9 Materia grasa 1.7 Materia no nitrogenada 43.8 Celulosa 34.4 Cenizas 4 Agua 14.2 CEBADA VERDE.

jueves, 28 de diciembre de 2017

Cómo funciona nuestro cerebro

A lo largo del día, ya seamos adolescentes o adultos, en el trabajo o en casa, nuestro cerebro utiliza todo un repertorio de capacidades sofisticadas: las funciones cognitivas...

Estas funciones cognitivas nos permiten efectuar actividades como elaborar un itinerario, recordar un número de teléfono, reconocer un rostro, calcular mentalmente, conducir, tocar el piano o, simplemente, leer.

La Memoria
La memoria es la función cognitiva más solicitada en la mayoría de nuestros actos. Interviene para registrar o recordar informaciones tan diversas como un número de teléfono, lo que hemos hecho el fin de semana, un encuentro, dónde hemos dejado las llaves, el nombre de un determinado objeto o de una persona que nos presentaron recientemente, un dato histórico famoso.

Igualmente, participa de modo fundamental en otras actividades cognitivas, como la lectura, el razonamiento, el cálculo mental, la creación de imágenes mentales... En consecuencia, se encuentra en todo momento activa, voluntariamente o no, y nos permite crear un stock de conocimientos culturales, recuerdos personales, actuaciones, etc.
La memoria constituye el pasado de cada uno o, más bien, el conocimiento de sí mismo, y permite que cada individuo posea una identidad.
    Tipos de memoria
    Pérdidas de memoria
    Cómo memorizar mejor

Otros tipos de memoria

No poseemos una sola memoria, aunque ciertamente tendemos a considerar la memoria como un todo, diciendo que tenemos, de forma global, UNA buena o mala memoria o utilizando frases del tipo: "Me falla LA memoria".
En efecto, acordarse de lo que uno ha comido el día anterior es muy distinto de recordar que la capital de Francia es París. Por otra parte, las investigaciones demuestran que intervienen distintas regiones del cerebro según del tipo de conocimientos que hay que memorizar o recordar.
Existen diferentes memorias según la duración del recuerdo:
    La memoria sensorial

    Capta toda nueva información durante solo algunos centenares de milésimas de segundo.
    La memoria a corto plazo, llamada también memoria de trabajo:
    Toma el relevo a la anterior, conservando la información durante más o menos un minuto. Su capacidad es igualmente limitada en cantidad, y permite registrar alrededor de siete elementos. Permite, por ejemplo, retener un número de teléfono dado de viva voz, durante el tiempo de marcarlo o de escribirlo. Interviene también en la lectura, permitiendo retener la frase que acabamos de leer, de modo que la siguiente resulte coherente.
    La memoria a largo plazo

    Interviene cuando se desea retener por más tiempo una información. Esta memoria tiene una capacidad y una duración de conservación de la información ilimitada.

Existen también otras memorias a largo plazo según el tipo de recuerdo:
    La memoria episódica

    Permite recordar lo que hemos hecho el día anterior, la visita al dentista o la velada en casa de un amigo. Es decir, con ella se recuerdan acontecimientos que constituyen recuerdos personales, autobiográficos, en los que el contexto de memorización es muy relevante.
    La memoria semántica

    Agrupa los conocimientos relativos a las reglas gramaticales, sentidos de las palabras, hechos culturales, nombres de ciudades o de objetos, etc., que constituyen conocimientos generales, sin relación con el contexto de memorización. No recordamos el momento preciso en que aprendimos esas informaciones.

    La memoria procedimental

    Se refiere a los conocimientos difíciles de comunicar de manera explícita. Son todas nuestras habilidades, como tocar el piano, ir en bicicleta, conducir, abrocharnos la ropa... Son actos que realizamos de manera automática, pero que necesitan la implicación de conocimientos almacenados en la memoria. Estos conocimientos son, por ejemplo, saber que una determinada posición de las manos sobre el piano permitirá tocar un acorde concreto, o que tal maniobra con el coche permitirá girar a la izquierda.
Las pérdidas de memoria

La memoria tiene un importante papel en la vida cotidiana del ser humano, por ello se comprende muy bien que los problemas de memoria puedan verse como un obstáculo e incluso ser fuente de estrés.
Por otra parte, quejarse del funcionamiento de la memoria es muy habitual en personas de más de 50 años, que a menudo temen que esos problemas de memoria estén asociados a alguna patología.
Esto, no obstante, suele ocurrir raramente, aunque sí es normal observar una disminución en el rendimiento de la memoria con la edad.
La edad no es el único factor que desencadena un deterioro en el rendimiento de la memoria. También contribuyen a ello otros factores, como las circunstancias y determinados acontecimientos, la fatiga, el estrés, la motivación o la emotividad.
¿Cómo memorizar mejor?

En general, para acordarse mejor de las cosas hay que estar atento a lo que se hace, ya sea leer un texto o poner las gafas sobre la cómoda.
En cuanto a las tareas rutinarias, una manera de acordarse de regar las plantas o tomar la medicación, por ejemplo, es hacerlo siempre a la misma hora y asociarlo a un acontecimiento concreto, como un programa de televisión semanal o una de las comidas del día.
También es importante el aspecto emocional: no podemos retener aquello que para nosotros carece de interés o de sentido. Cuantos más registros emocionales, mejor se memoriza.

Para memorizar mejor puede resultar de ayuda:
    Localizar las informaciones esenciales para la comprensión,
    Reflexionar e interrogarse sobre el contenido, sobre el sentido de la información,
    Organizar las informaciones por categorías,
    Crear asociaciones,


    Recurrir con regularidad a la información conocida
La Atención
¿A quién no le han dicho o ha dicho: "Me cuesta concentrarme" o "No pones suficiente atención”?

La atención es primordial en el comportamiento humano. La mayor parte de las actividades cerebrales requieren una gran concentración, tanto para la memorización de una información o la comprensión de un texto como para la búsqueda de un término en particular.
Un trueno captará toda nuestra atención
La atención es una función cognitiva compleja. Corresponde a un proceso de selección de un acontecimiento exterior (sonido, imagen, olor...) o interior (pensamiento) y del mantenimiento de este último en un determinado nivel de conciencia.

Un grito o un trueno captarán toda nuestra atención automáticamente.
El denominado estado de alerta nos permite mantener cierto nivel de vigilancia
En consecuencia, nuestro nivel de atención está fuertemente condicionado por los cambios que se producen en nuestro entorno.

La atención puede también intervenir de manera voluntaria:
Si para dar un paseo por la ciudad utilizamos un calzado que nos produce dolor, toda nuestra atención se focalizará en la búsqueda de un lugar agradable para descansar, lo que nos llevará, por ejemplo, a reparar en un banco en un jardín.
El desplazamiento voluntario de la atención se produce cuando se manifiesta un deseo, una necesidad o una intención de algo, a fin de lograr un objetivo.
Si uno va buscando setas, la atención selectiva se centra en el suelo
Entonces aparecen la toma de conciencia y el control de nuestra atención: ya que nos es imposible tratar simultáneamente toda la información que se nos presenta, realizamos un análisis sucesivo de informaciones.

La atención denominada selectiva entra enseguida en escena: este tipo de atención actúa desde el momento en que tenemos que efectuar una selección de información que responda a nuestras expectativas en unas circunstancias determinadas.
Solo se examina la información seleccionada. La atención selectiva permite, pues, focalizar un punto, abstrayéndose mentalmente del entorno, sin que ello signifique aislarse físicamente.
Si uno va buscando setas, la atención selectiva se centra en el suelo, ignorando las demás informaciones del escenario.
La atención puede estar también repartida:

En nuestra vida cotidiana, a menudo debemos hacer varias cosas a la vez, como cuando mantenemos una conversación al mismo tiempo que conducimos.
La atención, que en estos casos debe repartirse ante numerosas informaciones, requiere más recursos.

Pero si estudiar con música de fondo no supone ningún problema para un joven de 20 años, la movilización de todos los recursos de concentración será, en cambio, más difícil para una persona de más de 60 años. En efecto, con la edad aparece una disminución de los recursos de atención, así como una mayor sensibilidad a las interferencias. Eso nos hace menos eficaces en las situaciones de doble tarea

Factores como la fatiga, el consumo excesivo de alcohol o el estrés también disminuyen el rendimiento en las actividades que requieren atención
La atención y la memoria:

La interacción entre las dos funciones cognitivas de «Atención» y «Memoria» es muy elevada. La atención se moviliza particularmente cuando se trata de una información nueva, es decir, que no tiene equivalente en la memoria.

Efectivamente, una información conocida o familiar (como, por ejemplo, la disposición de los muebles del salón en casa de un amigo al que visitamos mucho), no llama la atención.
La atención se centrará en una información familiar, principalmente si difiere del contexto habitual (siguiendo con el ejemplo, un elemento que hubiera sido cambiado de sitio) o si buscamos voluntariamente un objeto en el entorno.
Nuestro nombre o apellidos pronunciados en contextos diversos (en la calle, en un restaurante, etc.) captarán inmediatamente nuestra atención, aunque esta información nos sea extremadamente familiar. Desde los primeros años de vida, estamos condicionados a reaccionar ante nuestro nombre o apellidos.

En resumen...

La atención se encuentra implicada en todos nuestros actos intelectuales, permitiéndonos estar totalmente vigilantes, focalizando nuestra concentración sobre un punto concreto, o bien, al contrario, repartiendo nuestra concentración en varias actividades. Pero entonces, ¡cuidado con la dispersión!
La atención no es estable, sino fluctuante. No se mantiene “sostenida” de forma continuada, sino que presenta automáticamente estados de relajación en el curso de una misma actividad.

El Lenguaje

El lenguaje constituye la característica humana por excelencia. Todos los días utilizamos diferentes facetas del lenguaje: escrito (lectura y escritura) y oral (comprensión y expresión).
Se ha escrito muchísimo sobre el lenguaje. Aquí nos limitaremos, principalmente, a la descripción de los procesos implicados en la actividad de la lectura.
La lectura

La lectura es una actividad mental compleja que implica distintos tipos de análisis, más o menos automático, de las palabras:
    El análisis visual permite decir a qué letra o a qué palabra corresponde una forma leída. E
    El análisis ortográfico conduce a la localización de posibles faltas.

    El análisis sintáctico permite determinar si una frase dada tiene una estructura gramatical correcta.

    El análisis fonológico leva al reconocimiento sonoro de una palabra, ya que incluso en la lectura silenciosa se accede a la forma de pronunciar una palabra.

    El análisis semántico extrae el sentido de las palabras y desemboca en la comprensión global de la frase.
Fenómenos constatados en la lectura:
La lectura de una palabra es más o menos fácil según la frecuencia de aparición (ocurrencia) en una lengua dada. Cuanto más frecuente es la palabra, más rápidamente será identificado. De ahí podría deducirse que la facilidad con la encontramos una palabra almacenada en nuestra memoria está directamente relacionada con su frecuencia de aparición en la lengua.

Asimismo, la coherencia de una palabra respecto del contexto de la frase facilita la lectura. Cuando leemos el comienzo de una frase, esperamos leer a continuación una palabra acorde con el sentido de la frase. Si empezamos a leer "Es rojo como un...", esperaremos que la palabra que siga sea tomate más que la palabra fresón o cualquier otra palabra.
La facilidad para leer una palabra depende también de criterios físicos. Estamos habituados a leer palabras con una determinada forma física y si esta forma no es respetada, la lectura se ralentiza. Así, si se nos presenta una palabra escrita en alternancia minúscula/mayúscula, como "Escollo", esto perturbará la lectura de la palabra.

La comprensión del texto:
La lectura clásica de un texto se realiza en etapas sucesivas, frase por frase, párrafo a párrafo.
Para construir la coherencia de un texto, nuestra memoria temporal guarda las informaciones a medida que vamos leyendo. Eso nos permite la comprensión en la etapa ulterior, es decir, la frase o el párrafo siguiente.
Nuestra memoria no puede conservar las frases tal y como aparecen en un texto. De hecho, solo las informaciones más pertinentes para la comprensión y el sentido del texto (las palabras clave y las ideas principales) son retenidas durante más tiempo y podrán ser utilizadas más adelante para hacer un resumen.
Las informaciones no pertinentes, redundantes o contradictorias son eliminadas de nuestra memoria para evitar sobrecargarla, con el fin de extraer y quedarse con el sentido general del texto. En otras palabras, cuando leemos un texto, analizamos las palabras que vemos y reparamos en las palabras clave que nos ayudarán a memorizar las ideas principales. Las palabras son organizadas automáticamente a fin de formar un conjunto lo más coherente posible. Y es entonces cuando se extrae su sentido global y se asocia a un tema central.
Los conocimientos del lector contribuyen también en la comprensión conocimientos del lector contribuyen también en la comprensión «Al muchacho que se paseaba por el bosque se lo comió un elefante» y no sabe aún que los elefantes no son carnívoros, no percibirá la incongruencia de la frase.
Paralelamente, cuando un enunciado no es coherente, se lleva a cabo una tarea de deducción, gracias a nuestros conocimientos generales. Por ello, si leemos frases aparentemente sin relación entre sí, como, por ejemplo, «Han robado en el apartamento. Pablo ya no tiene dinero», se establece enseguida una deducción posible: «Todo el dinero de Pablo estaba en el apartamento». Esta deducción permite hallar una coherencia en el enunciado.

La escritura
Tomemos como ejemplo la redacción de una carta: utilizamos las reglas gramaticales, pero también estamos atentos a la ortografía y buscamos sinónimos para evitar las repeticiones.

La comprensión y la expresión oral
 Cuando conversamos o cuando contamos algo, creamos frases eligiendo las palabras de nuestro corpus que consideramos más apropiadas para los interlocutores y las circunstancias. Después, organizamos estas palabras entre sí respetando las reglas gramaticales de la lengua que utilizamos.

Dicho de otra manera, cuando leemos un texto, analizamos las palabras que vemos y reparamos en las palabras clave que nos ayudarán a memorizar las ideas principales. Las palabras se organizan automáticamente para formar un conjunto lo más coherente posible. Entonces ya podemos extraer su sentido global y asociarlo a un tema central.

Las Funciones Ejecutivas
 Las funciones ejecutivas son funciones organizadoras relacionadas con la lógica, la estrategia, la planificación, la resolución de problemas y el razonamiento hipotético-deductivo.
Estas funciones nos ayudan a resolver todos los problemas más o menos complejos de nuestra vida cotidiana. Normalmente, hay que analizar bien el contexto y el objetivo buscado a fin de evaluar las posibles consecuencias de la decisión que se tomará.
 En la vida cotidiana nos encontramos con situaciones complejas o simplemente nuevas, como hallar la causa de una avería, establecer el recorrido adecuado para ir a un lugar, planificar labores de jardinería, pensar las mejores jugadas para batir a un adversario al ajedrez...
 Para comprender mejor estas situaciones, estamos dotados de una capacidad de razonamiento que puede ser de tres tipos
 El razonamiento inferencial
 Se utiliza ante un problema que se aborda por primera vez y para el que no existe solución previa.
 En esos casos, es necesario reparar en todos los elementos del problema y realizar una tarea de deducción, de formulación y de verificación de hipótesis que permitan llegar a posibles soluciones.
 El razonamiento analógico:
 Se refiere a la reutilización adaptada de una solución utilizada anteriormente ante un problema que presentaba especificidades comunes al que hay que resolver actualmente.
 El razonamiento automático:
Es considerado más como la aplicación espontánea de un procedimiento que como un razonamiento propiamente dicho. Se da sobre todo en el marco de situaciones habituales, como ir al trabajo en coche.

    Se realiza mediante la aplicación de conocimientos automatizados almacenados en la memoria procedimental. Al no ser nuevas, estas situaciones no necesitan mucha atención, de modo que esta puede dedicarse a otra cosa.

Para resolver un problema, se requieren varias etapas de razonamiento

Se analiza el problema y se define el objetivo a alcanzar. Seguidamente, hay que establecer una estrategia y un plan de acción que permitan resolver el problema.

Si el objetivo final es demasiado difícil de conseguir en una sola etapa, será necesario considerar objetivos intermedios considerar objetivos intermedios.

Paralelamente, habrá que tomar en cuenta los medios existentes y los imperativos materiales o procedimentales a respetar.

Finalmente, es muy importante seleccionar una respuesta entre varias posibles y validar el resultado en relación a la intención inicial.

Otras funciones cognitivas que participan en el razonamiento

    La atención

    Durante la resolución de un problema, nuestras capacidades de atención nos permiten focalizarse, concentrarse sobre todos los datos del problema y establecer los más pertinentes. Esto permitirá identificar claramente el objetivo y la estrategia a seguir para su consecución.

    La atención permite descartar las interferencias que podrían perturbar el razonamiento. Asimismo, puede ayudarnos a inhibir las respuestas automáticas que no se adaptan a la situación, como detenerse en un stop cuando un agente de circulación hace señal de pasar.

    La memoria:

    La memoria a largo plazo tiene un papel importante en el razonamiento, ya que podemos echar mano de planes de acción almacenados en la memoria para resolver un problema nuevo

    La memoria de trabajo también está muy solicitada. Nos permite guardar en la memoria los elementos importantes del problema, como el objetivo que se pretende alcanzar, y asociarlos en distintas configuraciones, como series de cifras en el cálculo mental.

    La imaginería mental:

    La imaginería mental, es decir, la capacidad de representarse un objeto, una persona, etc., en la mente sin que ese objeto, esa persona, etc., se encuentre físicamente presente, tiene también su papel en el razonamiento.

    Permite crear, imaginar, anticipar (por ejemplo, anticipar los movimientos que haremos en el futuro durante un juego de cartas o de ajedrez), conservar una información en la mente, comparar situaciones, realizar rotaciones de objetos mentalmente (por ejemplo, para decidir si el color del nuevo papel pintado va a desentonar con el mobiliario, o si una mano presentada fuera de contexto es una mano derecha o izquierda).

Si entre estos cuatro objetos nos pidieran que cogiéramos el cubo más próximo a la pirámide, no tendríamos ningún problema. Pero esta tarea se apoya en procesos cognitivos más complejos de lo que parece.

Cuatro objetos

Así, para lograrlo habrá que reconocer las formas de cada uno de los cuatro objetos, a fin de distinguir el cubo entre las demás formas. Seguidamente, después de analizar los dos cubos presentes, se tratará de decidir cuál de los dos cubos está más cerca de la pirámide, estimando la distancia que los separa. Esta decisión será más difícil por cuanto requiere considerar la perspectiva.

En un mundo en el que la vista es el sentido más utilizado, nos vemos enfrentados todos los días a situaciones que requieren el reconocimiento de formas visuales y colores, el análisis de la posición de un objeto en relación a otro, o la estimación de la distancia que separa dos objetos.

Efectivamente, es necesario analizar bien todas las informaciones visuales para actuar en el medio.

Nuestro sistema visual es responsable de esos análisis espontáneos. Más concretamente, son dos partes diferentes del cerebro las que procesan la forma de los objetos y sus propiedades espaciales (es decir, el tamaño, el emplazamiento, la orientación de los objetos).

La vista es, por tanto, una función cognitiva extremadamente compleja si tenemos en cuenta el número de informaciones que debe procesar para obtener el análisis de una escena visual coherente.
Ella nos permite también identificar los objetos que componen nuestro entorno, así como sus posiciones en relación a otros objetos y en relación a nuestro propio cuerpo. Así nos permite interactuar con el medio (coger objetos, orientarnos a través de ellos, etc.).

Los objetos de nuestro entorno constituyen, pues, datos que al ser registrados facilitan nuestra orientación en el espacio. Sin embargo, orientarse correctamente depende también de informaciones internas procedentes de nuestro cuerpo, como la posición del brazo o de la mano.

Cuando realizamos un trayecto, en todos los casos, nuestro cerebro elabora mapas mentales que nos permiten, asociados a los datos registrados, fácilmente volver a hacer un trayecto que ya hemos realizado anteriormente.

Imaginemos que se nos pregunta cuál es el cubo más próximo a la pirámide si el cubo del fondo se desplaza 10 centímetros hacia esta.

Responder a esta pregunta requiere desplazar mentalmente el cubo del fondo en una distancia que se estime de diez centímetros, y entonces tomar una decisión acerca de cuál es el objeto más próximo a la pirámide. Ese tipo de preguntas requiere la colaboración de nuestras capacidades de imaginería mental visual.

La imaginería mental es una actividad cognitiva que permite percibir algo en su ausencia. No es exclusivamente visual y, de hecho, nos permite crear imágenes, sonidos, olores y sensaciones en nuestra mente.

En el terreno de la visión, la imaginería mental consiste en "ver" una imagen en la cabeza, como por ejemplo la cara de una persona, sin que dicha persona se encuentre físicamente presente.

Gracias a esta capacidad, pueden ser creadas en nuestro interior formas existentes (caras, cuerpos humanos, cifras, palabras, objetos, animales) o imaginarios (monstruos, figuras abstractas), conocidas o desconocidas, inmóviles o en movimiento, en color o en blanco y negro.
Antes de realizar una acción compleja, podemos simular el encadenamiento de operaciones a fin de verificar que no hayamos olvidado o subestimado algunos datos.

El ejemplo típico es el jugador de ajedrez, que para apreciar la conveniencia de los posibles movimientos que puede jugar, simula mentalmente el desplazamiento de sus propias piezas y las del adversario, ya que le está prohibido tocarlas físicamente.

En la vida cotidiana, nuestras capacidades de imaginería mental son requeridas en actividades como el pensamiento, el sueño, el razonamiento y la resolución de problemas, la anticipación de los acontecimientos, el reconocimiento de objetos que aparecen en orientaciones no habituales, la simulación de un itinerario, la comprensión de una descripción verbal, etc.

La imaginería mental es posible gracias a las experiencias vividas en el día a día. En efecto, los elementos que componen nuestras experiencias vividas (es decir, caras de personas, objetos, sonidos, formas, sensaciones, olores...) se registran en nuestra memoria y se activan de nuevo en la memoria temporal cuando queremos recordar unos elementos determinados.

Las imágenes mentales son nuestras propias, porque nacen de nuestra experiencia personal.

Así, si alguien pide a dos personas que se imaginen un perro, muy probablemente el perro que ambas se imaginen será distinto.

La creatividad existe gracias a la imaginería mental, que es la que, de hecho, nos ofrece la posibilidad de generar / crear la imagen de cosas que no existen en la realidad.

La generación de imágenes nuevas se produce por la combinación original de elementos conocidos, pero también por la generación de nuevas características que pueden llevar a concebir formas nunca vistas.
La imaginería mental permite también la transformación de imágenes por rotación mental.
Por ejemplo, antes de amueblar una habitación podemos anticipar el aspecto final que tendrá colocando mentalmente los muebles de todas las maneras posibles a fin de elegir los "mejores" emplazamientos. Al considerar todas las posibilidades, la rotación mental nos evita tener que hacer la comprobación.



BIBLIOGRAFIA CONSULTADA EN LA ELABORACIÒN DEL ARTICULO

Larraya       S (2015) “Funciones del Cerebro “
Raúl              P (2013) “Causalidad del Cerebro y su Rolen la Conservación dela especie

Sandra        M (2014) “Soluciones desde el Cerebro Trino    

domingo, 13 de agosto de 2017

Una historia para no olvidar


La   historia   de la civilización humana nos ha permitido a través   del devenir histórico una serie de hechos que demuestran la deshumanización de la especie, uno de estos casos son los crematorios y campos de concentración son evidencia del horror que comete el hombre por su prejuicio.

El campo de concentración de Auschwitz (en alemán, «Konzentrationslager Auschwitz») fue un complejo formado por diversos campos de concentración y exterminio de la Alemania nazi situado en los territorios polacos ocupados durante la Segunda Guerra Mundial. Comprendía Auschwitz I —el campo original—, Auschwitz II-Birkenau —de concentración y exterminio—, Auschwitz III-Monowitz —campo de trabajo para la IG Farben— y 45 campos satélite más.

Situado a unos 43 km al oeste de Cracovia, fue el mayor centro de exterminio de la historia del nazismo, donde se calcula que fueron enviadas cerca de un millón trescientas mil personas, de las cuales murieron un millón cien mil, la gran mayoría de ellas judías (el 90 %, aproximadamente un millón), prisioneros de guerra, etc.1

En la puerta de entrada a uno de los diversos campos que componían el complejo (Auschwitz I) se puede leer el lema en alemán Arbeit macht frei («(El) Trabajo libera»), con el que recibían a los deportados las fuerzas de las SS que estaban a cargo del centro durante su periodo de funcionamiento, desde su apertura el 20 de mayo de 1940 hasta el 27 de enero de 1945, cuando fue liberado por el ejército soviético.

Bajo la supervisión de Heinrich Himmler, estuvo dirigido por el oficial de las SS Obersturmbannführer Rudolf Höss hasta el verano de 1943, reemplazado posteriormente por Arthur Liebehenschel y Richard Baer. Höss, capturado por los aliados, daría testimonio en los juicios de Núremberg antes de que lo procesaran y condenaran a muerte por ahorcamiento en 1947 delante del crematorio de Auschwitz I. Liebehenschel fue también juzgado por un tribunal polaco y ejecutado en 1948. Baer logró evadirse y vivir bajo una identidad falsa en Hamburgo, hasta que fue reconocido y arrestado. Se suicidó en la prisión poco antes de iniciarse su proceso en 1963.

La Unesco lo declaró Patrimonio de la Humanidad en 1979 como uno de los lugares de mayor simbolismo del Holocausto o Shoah.
Hubo tres campos principales y 39 campos subalternos.

Los tres campos principales fueron:

Auschwitz I, el campo de concentración original que servía de centro administrativo para todo el complejo. En este campo murieron cerca de 70 000 intelectuales polacos y prisioneros de guerra soviéticos.
Auschwitz II (Birkenau), un campo de exterminio y el lugar donde murieron la mayor parte del más de un millón de víctimas del campo. En esta sección eran ubicadas las mujeres.
Auschwitz III (Buna - Monowitz), utilizado como campo de trabajo esclavo para la empresa IG Farben.
La Alemania nazi construyó a partir de 1940 varios campos de concentración y un campo de exterminio en Auschwitz que, al igual que el resto de los campos de concentración, estaban administrados por las SS, bajo el mando de Heinrich Himmler. Los comandantes del campo fueron Rudolf Höss hasta el verano de 1943, al que siguieron Arthur Liebehenschel y Richard Baer.

Auschwitz era una población cercana a Katowice, en la confluencia de los ríos Vístula y Sola, en la Alta Silesia, región que había sido cedida a Polonia en el Tratado de Versalles y que en 1940 tenía unos 1400 habitantes, la mitad de ellos judíos. La Alta Silesia era una de las regiones que se iban a anexionar al Reich después de la invasión alemana de Polonia de 1939, pero al estar altamente industrializada no era en gran parte adecuada para la germanización a base de colonos granjeros que tenían prevista las autoridades nazis para los nuevos territorios. En consecuencia, Auschwitz fue concebido, en primera instancia, como un campo de tránsito para someter a la población polaca que debía ser utilizada como mano de obra semiesclava.

El 27 de abril de 1940 Himmler decidió la creación del campo, y nombró el día 30 a su primer comandante, el SS-Obersturmbannführer Rudolf Höss. Höss se hizo cargo del mando a partir del 4 de mayo, a y su primer cometido fue la construcción de las instalaciones a partir de unos barracones del Ejército polaco, sobre unos terrenos dedicados a la doma de caballos.4 Los primeros internos de Auschwitz fueron 30 criminales alemanes procedentes de Sachsenhausen con la finalidad de convertirse en los primeros kapos del recinto, y 728 prisioneros políticos polacos que llegaron el 14 de junio desde Tarnów.Tanto el sistema de kapos como el famoso lema Arbeit macht frei («El trabajo os hará libres») fueron importados por Höss a partir de su experiencia en Dachau, su primer destino en el sistema de campos nazi.


El primer transporte de prisioneros a Auschwitz en la estación de Tarnów.
(14 de junio de 1940)
El primer cambio importante en las funciones para las que estaba destinado el campo se produjo en septiembre de 1940 cuando Oswald Pohl realizó una visita de inspección al nuevo campo. Pohl era jefe de la Oficina Central de Administración y Economía de las SS (SS-WVHA, por las siglas en alemán de SS-Wirtschafts-Verwaltungshauptamt) y estaba interesado en la explotación de las cercanas canteras de grava y arena, por lo que ordenó a Höss que aumentara la capacidad del campo añadiendo un piso a los barracones existentes. Poco después, en noviembre de 1940, Himmler y Höss decidieron poner en marcha proyectos de investigación y explotación agrícola. Ambos estaban interesados en la agronomía y planearon, entre otra cosa, la construcción de laboratorios, el drenaje de pantanos y la cría de ganado. Sin embargo, el emplazamiento de Auschwitz, en la confluencia de dos ríos, lo convertía en un lugar poco prometedor para tales propósitos y muy propenso a las inundaciones, a pesar de lo cual esta actividad nunca fue abandonada y miles de prisioneros murieron intentando abrir canales o canalizando ríos.


Cerca de 6500 miembros de las SS sirvieron en Auschwitz realizando pequeñas o grandes tareas con el objetivo de lograr la denominada solución final al «problema judío» o «cuestión judía». La mayoría de ellos sobrevivieron a la guerra. Con las primeras prisioneras, llegaron también las primeras vigilantes al campo en marzo de 1942 trasladadas desde el campo de Ravensbrück, en Alemania. El campo femenino fue mudado a Auschwitz Birkenau en octubre de 1942, y
Ramiolra
María Mandel fue nombrada jefa de vigilancia. Cerca de un total de 1000 hombres y 200 mujeres de las SS sirvieron de vigilantes en todo el complejo de Auschwitz. De entre todos los funcionarios, solamente 750 fueron llevados a juicio, casi todos en relación con crímenes contra la población polaca. Höß dio una descripción detallada del funcionamiento del campo durante su interrogatorio en los Juicios de Núremberg, detalles que complementó en su autobiografía. Höss fue ejecutado en 1947 enfrente de la entrada al crematorio de Auschwitz I.